A raíz de un conversación con Antonio Gallo en la que pedaleábamos sobre cómo IBM está siendo pionero en aplicar las redes sociales a nivel interno, llegué a la conclusión de que el concepto PARTICIPACIÓN, que yo en un principio limitaba al ámbito interno de la organización, es la clave de todos los palos que tocamos en DOG (marketing, redes sociales, comunicación política, organizaciones 2.0, etc.)
Más allá de ser un especialista en comunicación 2.0 y redes sociales, la esencia del Operador Digital es la de lograr PARTICIPACION (de empleados, clientes, ciudadanos, profesionales, miembros de una organización, etc.) Sin olvidar el famoso ENGAGEMENT. Pero esto último sólo llegará si se ha conseguido previamente que las personas tomen partido en las conversaciones, hablen, se metan, contribuyan y participen.
Y aquí viene la otra idea que quería compartir con vosotros. Cada vez más, y supongo que os pasará a vosotros también, cuando leéis blogs, twitteos, grupos en redes sociales, conversaciones en foros, en los que se nota que la organización o individuo no habla por si mismo, sino que es otro el que interviene por ellos, pierde autenticidad, atractivo y yo diría que incluso el sentido y razón de ser. De ahí que cada vez sea más importante que cada organización o individuo encuentre su propia voz e identidad 2.0.
Un ejemplo concreto: De nada sirve subcontratar la creación de un blog si después no hay nadie dentro de la empresa que le dé continuidad a las conversaciones, le saque partido a las herramientas 2.0 y lo más importante, que ponga su propia voz. ¿Qué sentido tiene que un CEO lance un blog si después va a ser el departamento de comunicación de la empresa el que va a actulizarlo? ¿O lanzar un blog corporativo si después no se van a contestar a los comentarios o se darán largas y no se van a aceptar las críticas de los usuarios o clientes?
Gracias a la inteligencia colectiva la web 2.0 es cada vez más selectiva y está desarrollando un sentido especial para identificar y discriminar aquellas iniciativas que quieren disfrazarse de 2.0 pero que realmente no están dispuestos a entrar con autenticidad en el nuevo ámbito de la PARTICIPACIÓN 2.0.