Mucho se ha hablado del éxito de la campaña norteamericana, donde el actual presidente, Barack Obama, se sirvió de los avances de las nuevas tecnologías para llegar a su electorado, para abrir nuevos canales, para ilusionar y para estar en contacto permanente con sus seguidores.
Ya ha pasado más de un año de aquella elección, y si bien frente a cada nueva contienda electoral, no han sido pocos los candidatos que han tratado de imitar aquella estrategia, en lo personal, no ha sido hasta estas elecciones presidenciales en chile que he observado nuevamente la utilización inteligente de la red.
En un país donde Internet tiene una penetración del 50.4%, los principales candidatos han utilizado la red como uno de sus principales canales de comunicación.
Plataforma propia, blog personal, perfiles en las principales redes (facebook, twitter, Youtube, Flickr) y un sinnúmero de estrategias que se dirigieron a involucrar a los chilenos, han llegado incluso, a tener una clara repercusión en los medios tradicionales de comunicación.
Si bien no sería justo ni acertado atribuir los resultados electorales de ayer a la estrategia online de cada candidato, lo cierto es que quienes se han servido mejor de la red para transmitir su mensaje e involucrar a sus seguidores, han sido finalmente quienes por uno u otro motivo han marcado la diferencia, no sólo online, sino offline.
Sebastián Piñera, el indiscutible vencedor de esta primera vuelta electoral, ha utilizado la red en todo momento. A partir de su web ha transmitido en vivo los principales eventos de campaña como el acto de proclamación de su candidatura o las distintas actividades que él como su familia realizaron el día de la elección, utilizando la plataforma online como una especie de Twitter (que también ha sido muy bien usado), actualizando casi en tiempo real los pasos que el candidato realizaba en el día electoral y, lo más importante, sumando comentarios y aspiraciones de sus partidarios que estuvieron en la red siguiendo las elecciones y los pasos del candidato.
Su presencia en las redes sociales más conocidas, también ha sido indiscutible. A través de distintas estrategias de movilización, Piñera cerró su campaña con más de 80.000 partidarios en facebook, más de 30.400 seguidores en Twitter, 35.200 reproducciones de su canal en Youtube y un importante número de chilenos que aún hoy continúan subiendo sus fotos a Flickr, en una edición especial para las elecciones de ayer, donde bajo el lema Y tú ¿votaste por el cambio? cada simpatizante subió su foto de cuando fue a votar. Esta edición especial se suma a dos perfiles más (perfil Piñera y Tu foto con Sebastián) en la red social que hoy por hoy tiene mayor capacidad de almacenamiento para compartir imágenes fotográficas que pueden organizarse por álbumes.
Marcos Enriquez Ominami ha sido el otro gran ganador de la red. Es cierto, su popularidad, debida en gran medida a su extraordinaria estrategia online, no fue suficiente para entrar en la segunda vuelta, pero sí lo fue para hacer de un completo desconocido a nivel nacional, un candidato que hizo tambalear hasta último momento las estructuras del tradicional partido de la Concertación, siendo en las estadísticas, el candidato que más ha crecido en los últimos meses.
Ominami se aferró a Internet desde un principio, cuando quedó fuera de las primarias internas de su partido, y debió recolectar 35 mil firmas para presentarse por fuera de la Concertación. Uno de los pilares fundamentales para este propósito fue Internet que ayudo notablemente alcanzando 65 mil firmas y fue el impulso que explica la utilización de una estrategia similar en la búsqueda de fiscales de mesa, superando nuevamente su objetivo inicial.
Al momento de su nominación, nuevamente sorprendió a su electorado al realizar su lanzamiento online enlazando su discurso vía Skype, donde sus seguidores pudieron escucharlo a través de una imagen proyectada por la cámara web de su ordenador y reproducida en directo a través de una pantalla de televisión ubicada en el comando de campaña.
Ominami también se destacó en su estrategia de redes sociales, no sólo alcanzó más de 80.000 fans en Facebook que al cierre de su campaña habían subido 700 fotos, 27 videos “caseros” y realizado miles de comentarios, sino que también fue el candidato con más grupos de apoyo en esta red social: en septiembre, ya se habían registrado más de 30 grupos.
En twitter su desempeño no fue menor. Al cierre de su campaña había superado los 28.800 seguidores, de los cuales muchos se caracterizaron por poner en su perfil personal el “signo” de marcos, una aplicación muy bien diseñada por su equipo de estrategia online.
A diferencia de los demás candidatos en carrera, Ominami también recurrió a una herramienta muy útil, pero poco desarrollada aún en las estrategias online: la implementación de una plataforma Wiki, que permitió que cientos de ciudadanos puedan construir el futuro programa de gobierno del candidato. A través de la interacción con el sitio wiki.marco2010.cl, cada chileno tuvo la posibilidad de aportar con sus ideas en las diferentes categorías temáticas distribuidas región por región.
Después de leer y escuchar tatas veces la estrategia online de Obama, que tuvo un capítulo aparte respecto a la extraordinaria segmentación de sus seguidores, Ominami es un ejemplo de ello, pero en Latinoamérica.
La campaña organizo desde lo online, el recorrido y la estrategia offline. Cada una de las regiones en que se divide el país contó con un calendario de actividades, con su coordinador, con su temática en base a las necesidades de la región y a su vez, cada chileno podo delimitar en la web la zona en la que iba a recorrer o emprender su estrategia electoral.
Finalmente (aunque queda mucho más para señalar) el compromiso y la fe de Ominami en el poder de las redes queda patente al comprobar que, a 4 años vistas de las próximas elecciones presidenciales en Chile, el candidato independentista que ha superado todas las expectativas, incluso, las suyas, ya ha comprado el dominio marco2014.cl para asegurarse un lagar en la red, pilar indiscutible de su actual candidatura.
Continuará…