Hace varios posts leíamos en este mismo blog un interesantísimo artículo de Rafa Rubio acerca de la gran ola verde liderada por Mockus en Colombia. Por una vez, y esto no es tomarme demasiadas licencias sino que es una autocrítica hecha por el propio autor de aquel post, fue un profeta por lo menos digno. En estos tiempos en los que un pulpo que se dedica a comer mejillones anunciando victorias en el Mundial logra resonancia planetaria ser profeta no es baladí.
Mockus, como aquí se había predicho, se estampó en la segunda vuelta obteniendo “tan sólo” el 27 por ciento de los votos frente a un 70 de Santos por lo que el uribismo sin Uribe ganó con mayor porcentaje de votos de la historia de Colombia. La ola de cambio quedo en marejada moderada o leve en cuanto a resultados se refiere.
Rafa Rubio apuntó a varias razones por las que se podía predecir el fracaso verde y, seguramente, en ese elenco de razones aun haya que añadir algunas más que exceden el análisis de una campaña política. Sin embargo, hay un punto en el que el análisis dio en el clavo y que revela un fallo o al menos un sobredimensionamiento de la estrategia de Mockus que, además, tiene la virtud de ser el más relevante para los temas de los que tratamos en este foro. Rafa (me permito la familiaridad que es mejor que llamarle doble R, aunque este suena más futbolístico), señalaba que en el caso de las elecciones colombianas la televisión estaba ganando la partida a Internet. Y es cierto que en el desarrollo de la ola verde tuvo mucho que ver la televisión, quizá tanto o más que internet. El gran impulsó para el Partido Verde de Mockus vino en gran parte gracias al triunfo en el debate televisivo entre el vice de Mockus y el de Santos. La incidencia de la televisión ha sido notablemente más importante que Internet en estas elecciones. Y eso que la utilización de los medios 2.0 era una de las armas más características del candidato verde.
Y es que algunos analistas políticos han llegado a calificar a Mockus como el “Obama colombiano” no sólo por ese halo cuasi-místico de incorruptibilidad y cambio sino también por su atención a formas novedosas y más participativas de hacer política. Desde luego su liderazgo en la red en Colombia es incontestable y, de hecho, se convirtió en el séptimo político en adhesiones en facebook. Y, sin embargo, Mockus no ha sabido dar con la tecla, esa tecla mágica que transforme el ruido en las redes en papeletas en las urnas. Pero más allá de la dificultad que existe para lograr esta transformación hay un error táctico o al menos una disfunción estructural en el uso de los mecanismos 2.0 por parte de Mockus. El partido verde tiene como un gran target ideológico a la población rural colombiana. Es en las zonas rurales donde el mensaje electoral de Mockus contaba con mayor fuerza. Y sin embargo, la penetración en estas zonas de Internet es más bien escasa. Por este motivo, los verdes no han podido capitalizar su potencia popular con la gran atención a los medios 2.0. Sus votantes, por imposibilidad o desinterés, no han actuado con el entusiasmo esperado en la red mostrando una vez más que los medios 2.0 sirven para canalizar una militancia de nuevo cuño pero que no sirve de nada sino se expresa en acciones offline. De esta manera, gran parte de las energías verdes empleadas en este campo han caído en saco roto…al menos de momento.
Y digo que de momento porque quizá Mockus, o el Partido Verde en general, hayan plantado la semilla para construirse un camino hacia la Presidencia real. Quizá sea ese el medio para dar el salto hacia la conquista de la población urbana y de convertir al Partido Verde en una alternativa real si consigue convertir las adhesiones on line en movilizaciones y proselitismo off line. Sin embargo, no me atrevo a hacer profecías eso se lo dejamos a Rafa que ya está lanzado.