El otro día leyendo este artículo de Oriol Bombí (director de Planificación estratégica en McCann Erickson) publicado en el Periódico de la Publicidad, no pude hacer otra cosa que sonreír. La verdad es que en cierto modo nos pegó una bofetada a todos los que trabajamos en redes sociales (tanto clientes como agencias/consultoras/community managers, etc). Y tiene razón…
En parte, hemos dejado de lado las marcas inspiradoras, centrándonos en el nuevo dogma del «consumidor con poder» (ya no tan nuevo, por cierto). Efectivamente, siempre lo tuvo… ahora más que nunca, y seguirá teniéndolo.
Soy de los que piensan que la elección entre una y otra marca (como otras muchas decisiones) es básicamente emocional. Y ahí es donde quiero ir… ¿voy a ir comprar unos vaqueros de una marca porque su Community Manager me de los buenos días por Facebook?
Muchos no han entendido aún que seguimos teniendo la responsabilidad de crear marcas. Marcas que de verdad se diferencien, que tengan personalidad, o como dice el autor del artículo… Marcas que inspiren.
El entorno social da para más que para gestionar unas cuentas en Facebook y Twitter, y hacer un par de concursos promocionales.
Por cierto,
Esto es un post positivo, no negativo. Gracias a @Aleixcuberes y su «dogmación» de ayer muchos nos hemos despertado con ganas de cambiar el mundo.